marzo 21 2023 0Comment

Aniversario N°93 de la Fuerza Aérea de Chile.

Uniendo a nuestro país por los caminos del aire desde 1930.

Las raíces de la Aviación Militar en nuestro país se fundan en el interés por conocer este desarrollo en Europa, lo que se inicia en 1909, cuando se obtuvieron los primeros reportes de esta incipiente actividad, en los que destacan “la verdadera importancia de esta nueva rama, llamada a producir una verdadera revolución en todos los órdenes de la actividad humana”, al referirse a la organización aeronáutica del ejército francés, lo que aconsejaba “la creación de un servicio autónomo de aeronáutica en ese país.

Paralelamente en nuestro ámbito, noticias llegadas de Francia comenzaban a dar cuenta de la utilización por parte del ejército galo, del más novedoso invento que los más optimistas no dudaban en calificar como la «cuarta arma junto a la infantería, la caballería y la artillería». En efecto, la aviación habría de mostrarse por primera vez como un elemento bélico en las maniobras militares durante el verano de 1910, y esta era una novedad que no podía escapar al desarrollo de nuestro país.

Estas recomendaciones y fundamentos, habrían de marcar la ruta fundacional de la aviación militar chilena, las que no pudieron ser desconocidas en Santiago, lo que motivó al presidente Ramón Barros Luco a promulgar la Ley N° 2.771 del 8 de enero de 1913, que autorizó al estado a invertir en la organización del servicio de aeronáutica y la fundación de una escuela para el personal destinado a este servicio.

Es así, que el gobierno dictó el decreto Supremo N° 187 del 11 de febrero de 1913 que dio vida a la Escuela de Aeronáutica Militar, cuyo primer vuelo lo realizó el capitán Manuel Ávalos Prado en el Bleriot XI «Manuel Rodríguez», el 7 de marzo de ese año en el entonces llamado Aeródromo de Lo Espejo.

Desde esa significativa fecha, el desarrollo de la aviación militar no se ha detenido, prueba de ello es la creación de la Fuerza Aérea de Chile como rama independiente de la defensa nacional el 21 de marzo de 1930, durante el primer gobierno del presidente Carlos Ibáñez del Campo, mediante la fusión de los servicios aéreos del Ejército y de la Armada, bajo el Decreto Supremo número 1.167. La que en sus primeros años de vida institucional, se denominó Fuerza Aérea Nacional (FAN), adquiriendo su nombre definitivo, Fuerza Aérea de Chile (FACH), en el año 1941.

Su nacimiento se debe al esfuerzo visionario de su fundador, el Comodoro Arturo Merino Benítez, quien en 1928 se había hecho cargo de la Escuela de Aviación Militar (actual Escuela de Aviación Capitán Manuel Ávalos Prado). Se convirtió en el primer Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea (1930 -1931 y 1932) y primer Subsecretario de Aviación. El Comodoro del Aire Merino Benítez se preocupó de implementar diversos aeródromos a lo largo de Chile, particularmente hacia el norte del país para servir las necesidades de la aviación civil y de la propia Fuerza Aérea.

En su historia, la Fuerza Aérea de Chile se ha destacado por su invaluable aporte, en ayuda de la ciudadanía, como testimonio vivido, solo basta nombrar las catástrofes en las que ha prestado su valiosa ayuda, como el terremoto y tsunami de Valdivia en 1960, catástrofe que se ha repetido en el tiempo afectando otras zonas de nuestro territorio como la ocurrida en 2010 y 2014 y los aluviones en las regiones de Antofagasta y Atacama en 2015, entre otras. En todas ellas se ha logrado mitigar el dolor de la población entregando una permanente conectividad del país con aquellas regiones afectadas, entregando apoyo para la subsistencia de la ciudadanía.

A ello se suman su permanente presencia en ayuda de las comunidades de las zonas más alejadas del país, y en su rol de protección de la soberanía en las posesiones que Chile tiene en la antártica y territorios insulares.

Asimismo, su polivalencia le otorga la capacidad de asistir en el rescate de personas, evacuaciones aeromédicas de pacientes críticos, traslado de órganos, transporte de ayuda humanitaria con personal especializado, combate de incendios, entre otras, demostrando el profesionalismo de cada uno de sus integrantes.

Dentro de estas múltiples tareas la Fuerza Aérea de Chile participa en misiones de paz y otras operaciones internacionales de cooperación, en ejercicios combinados y misiones de apoyo humanitario, integrándose a la comunidad internacional en el marco establecido por la política exterior de nuestro país, apoyando los esfuerzos para la constitución, recuperación y mantención de la paz.

En el nonagésimo tercer aniversario de la Fuerza Aérea de Chile, expresamos nuestro orgullo y gratitud a los hombres y mujeres que integran tan importante institución permanente del estado, cuyo principal objetivo, es la defensa del espacio aéreo de nuestra nación, controlando, vigilando y otorgando la seguridad para la aeronavegación en todos sus confines, llegando aún más lejos, al haberse proyectado al espacio exterior, utilizando para ello tecnología satelital no tan solo en defensa, sino que también en beneficio del desarrollo nacional, objetivo permanente de quienes han forjado los destinos de esta imperecedera Institución.